Redacción: Liliana Castaño
El Banco de la República anunció el aumento de la tasa de interés al 10 %, convirtiéndose en la más alta desde julio de 2008. Para los analistas ya estaba en el radar este tipo de aumento, por las cifras en dos dígitos de la inflación.
Este incremento hace parte del ajuste que necesita la política monetaria para garantizar, en un mediano plazo, el retorno de la inflación a la meta del 3 %. Es esa la labor del Banco de la República, pues son los llamados a controlar la inflación, que actualmente se ubica en el 10,8 %.
Con la decisión de subir la tasa de interés, lo que se pretende es disminuir la demanda de bienes y servicios por parte de personas naturales y empresas, lo que se reflejaría en una eventual disminución de la inflación.
Iván Tunjano, docente de la Escuela de Administración y Competitividad del Politécnico Grancolombiano manifestó que “Aunque el Banco debe controlar la inflación, no puede obligar a las empresas a que los vendan más barato sus productos, a que cobren menos. Lo que sí puede hacer, es desmotivar un poco la demanda, vía el aumento de tasas. Se supone que, si las tasas son altas, el crédito no se toma en exceso y no se genera esa demanda de bienes y servicios desmedida que es lo que se busca evitar”.
El docente considera que la alta tasa afecta directamente a los bancos comerciales, ya que la cifra dada por el Banco de la República corresponde a la tasa de interés mínima que este le cobra a las entidades financieras. Lo que significa que los bancos comerciales deben ajustar sus nuevos créditos y subir la tasa de interés.
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Finalmente, los más afectados son los ciudadanos de a pie y las empresa quienes tendrán que moderar sus créditos o pagar más interés por ellos. Situación que explica el docente Johann García, Coordinador de la Tecnología en Gestión Bancaria del Politécnico “esto tiene un impacto bastante negativo para los consumidores, ya que, si van a acceder a un crédito, el mayor costo ocasionado por esa tasa de interés tan elevada se reflejará a la hora de adquirir un producto o un servicio o la simple utilización de la tarjeta de crédito”.
Algunos expertos creen que la tasa de interés va a subir hasta el 11 % en 2022 y que los resultados se verán muy probablemente hacia el año 2023.