Quito, (EFE).
En medio de la crisis energética global exacerbada por la guerra de Rusia en Ucrania, Latinoamérica aprovechará la séptima Semana de la Energía para hacer gala de su seguridad energética como la región del mundo con la matriz más verde y de sus potencialidades para seguir creciendo en energías renovables, y en la futura producción de hidrógeno verde.
Así lo anticipó en una entrevista con Efe el director ejecutivo de la Organización Latinoamericana de la Energía (Olade), el uruguayo Alfonso Blanco, quien ve en la volátil coyuntura actual un periodo de grandes oportunidades para que América Latina y el Caribe fortalezca sus mercados energéticos, atraiga más inversiones y tenga un rol más preponderante en el escenario global.
La Semana de la Energía, que se celebrará en Panamá del 12 al 16 de diciembre con la participación de las autoridades del sector de toda la región, servirá para constatar cómo Latinoamérica ha amortiguado los efectos de la crisis global, sin que se disparen el precio de la electricidad ni tampoco el coste de sus importaciones de gas natural licuado (GNL).
“Esta reunión es fundamental para construir las estrategias de futuro, posicionar la región en este contexto e identificar cuáles son las amenazas externas pero también cuáles son las oportunidades y los grandes espacios de desarrollo que tiene América Latina y el Caribe”, apuntó Blanco.
Si bien el director de la Olade reconoció que la situación no es igual en el continente, pues hay que países que dependen de las importaciones de hidrocarburos como los derivados del petróleo, en general Latinoamérica está capeando el temporal gracias a que “un 33 % de su energía primaria proveniente de energías renovables”.
De los 20 países del mundo con más de un 70 % de energías renovables en su matriz energética, doce están en Latinoamérica y el Caribe, como es el caso de Paraguay, Costa Rica, Ecuador, Uruguay, El Salvador, Panamá, Colombia, Venezuela, Brasil, Belice, Nicaragua y Guatemala.
Mientras, los altos precios de los hidrocarburos están beneficiando a los países productores como los andinos (Colombia, Ecuador y Perú, en petróleo) y a caribeños como Trinidad y Tobago, que produce GNL.
De GNL es un fuerte importador Chile, pero “la mayor parte de esos contratos son de largo plazo, y no se ven tan afectados por la coyuntura de corto plazo para el abastecimiento de gas natural”, explicó Blanco.
EFE
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