Liz Elizabeth Truss la primera ministra británica hace pública su renuncia presionada por los parlamentarios de su propio partido cuarenta y cinco días después de haber asumido el liderazgo del gobierno. Y lo ha hecho convocando por un nuevo proceso de votación interna para elegir al próximo sucesor las semanas que se avecinan asumiendo la responsabilidad de ser incapaz de cumplir la promesa con que se postuló frente al Partido Conservador. Informándoselo al rey Carlos III en los términos de “Es la mejor decisión para mantener a Reino Unido en una condición económica estable”.
Un programa económico de baja fiscalización y alto crecimiento según el aprovechamiento de las libertades del brexit provocó más incertidumbres y dudas que confianza independiente de los logros alcanzados en las facturas energéticas y la cotización social. El anuncio de BAJAR LOS IMPUESTOS generó un “cao total” en los mercados perdiendo credibilidad y confianza para la economía británica; señalando al Partido Conservador como únicos responsables de los fracasos económicos de la nación durante sus doces años consecutivos en el poder político. Mientras el Partido Laborista de centroizquierda concluye “que el pueblo británico merece algo mejor”.
Entre los varios favoritos a ocupar el cargo de primer ministro se encuentran Penny Mordaunt quien compitió con la propia Liz Elizabeth Truss y que hoy es la ministra encarga con el Parlamento, Jeremy Hunt ex ministro de Relaciones Exteriores y el actual ministro de Finanzas. Y Ben Wallace, de 52 años, que, aunque tiempo atrás había negado la posibilidad por dedicarse a la seguridad del país; en estos momentos siendo el ministro de Defensa es quien lleva la delantera en los sondeos de la opinión pública. Por su parte Liz Elizabeth Truss pasa a la historia como la primera ministra del Reino Unido que permaneció menos tiempo en el cargo; seis semanas.