Redacción Correo News.
Bolsonaro y el bolsonarismo no están muertos, el resultado de la contienda electoral del día 2 de octubre demuestra precisamente la fuerza de este sector de la sociedad brasileña, que pese a las encuestas en su contra, acudió masivamente a las urnas y consiguió el 43,2% con 51.071.277 votos, ubicando a Bolsonaro en el segundo puesto de la contienda electoral y asegurando su lugar en la segunda vuelta el 30 de octubre; por su parte Lula consiguió conquistar el primer lugar de la primera vuelta con 57.258.115 votos y un 48.5% del resultado electoral.
En ambos casos se encuentran sorpresas, por el lado de Bolsonaro, al cual en semanas previas a las elecciones no se le daba un lugar prometedor en las encuestas, se ubicó varios puntos por encima de lo esperado y presentó una fuerza a considerar de cara al siguiente round de la contienda electoral brasileña.
Pese a su discurso de ultraderecha y negacionista de la pandemia, Bolsonaro consigue ser la propuesta de seguridad frente a la llamada por él: ”Amenaza socialista”, que encarnan Lula y candidatos con posturas de su estilo; por su parte Lula, se encuentra con un golpe de realidad, y es que no cuenta con la mayoría por lo que otra mitad de la sociedad brasileña le hace oposición, así que, dado el caso de que llegara al poder, no tendría un camino fácil para emprender las reformas y políticas públicas que pretende implementar, ni tendrá una victoria amplia y sencilla como venían esperando sus partidarios, lo que augura que esta segunda vuelta sea de alta intensidad tanto en el discurso como en las calles de Brasil.
Es de anotar la vital importancia que han tenido las redes sociales en la actual contienda electoral brasileña, pues se han usado por los distintos candidatos redes sociales como Facebook, Instagram o Twitter, donde en esta última Lula tiene 4,6 millones de seguidores y Bolsonaro tiene 9,1 millones, para llevar allí los mensajes de cada candidato y hacer de las redes un nuevo escenario del campo político.
Aunque no todo es positivo, dado que en el caso de la actual campaña se han recurrido a las fake news, las cadenas y memes, hecho que ha convertido a la sensación por parte de los ciudadanos como un bombardeo constante de información que rápidamente se desmentía, por lo que cabe preguntarse sobre cómo será el devenir en este ámbito de las redes para la segunda vuelta ¿acabará por convertirse en una lucha cada vez más maquiavélica por el poder?.
Lo cierto es que lo que suceda en los próximos días será objeto de estudio para las elecciones venideras en los próximos años en manejo del tema digital en las campañas electorales.
Por último pero no menos importante, es de resaltar que el resultado en las urnas el 2 de octubre retrata una debilidad de la izquierda tanto en Brasil como en el mundo, por una parte se trata de una debilidad de fuerzas materiales objetivas que obliga a la izquierda a pactar y ofrecer garantías a sectores neoliberales, por otra parte se puede apreciar también una debilidad ideológica de la izquierda frente a la eficacia comunicativa de un nuevo fascismo que ha hecho de la mentira y el odio el ingrediente más común de sus mensajes y su comunicación política.
Lula puede ganar en segunda vuelta, pero no será una victoria cómoda como la que le auguraban las encuestas, Bolsonaro estará ahí haciéndole frente como principal oposición o incluso remontar las elecciones y continuar un mandato más en la presidencia, con una derecha cada vez más fortalecida y una posición de poder nuevamente afianzada. Queda por decir que tanto la izquierda como la derecha en Brasil están pasando por momentos revoltosos, pues todos empiezan a formar filas y alinearse con su apuesta al poder de cara a los comicios del 30 de octubre.