Periodista: David Calle
Así es el día a día de un conductor de este vehículo frente al alza de la gasolina en Colombia.
El día a día de Raúl Ramírez transcurre entre pasajeros, pagos, espera, trayectos, trancones y velocidad. El taxista de 59 años de edad tiene a su vehículo amarillo como sustento mientras llega la edad para una jubilación.
En medio de su lucha diaria por lograr el dinero que debe entregar diariamente al dueño del vehículo, batalla también para conseguir lo suficiente para pagar la gasolina, que está “muy cara”, como lo dice.
“Ese depende del día pero, para hacerse 166 mil pesos, se necesita entre 35 y 45 mil pesos de gasolina diarios”, comenta mientras espera un usuario en un acopio de taxis en el barrio Belén Los Alpes, al suroccidente de Medellín.
“Uno se queda una hora en un acopio esperando un usuario, la carrera es una mínima (5.800 pesos) y son 6 mil pesos para tanque de gasolina. Muchas veces no se logra, por ejemplo, usted va al Centro de Medellín y le marca por ahí 13 mil pesos y se demora por ahí 20 minutos yendo y se demora media hora subiendo al acopio, el tiempo no le da para uno liquidar 80 u 85 mil pesos como hacen otros, yo liquido 70 mil y a veces no me da”, comenta el taxista.
Raúl lleva un año como taxista, aunque este oficio ya lo había ejercido entre 1993 y 1995, por eso no le es extraño estar bajo el volante llevando pasajeros por toda la ciudad, en especial por la comuna 16 (Belén), la más grande de Medellín, en donde vive.
Tras el paso por una empresa por 22 años, fue despedido. Sin embargo, no se quedó con las manos cruzadas y decidió tomar un vehículo amarillo para seguir con su sustento y el de su familia.
En medio del sol abrasador, cerca del mediodía, sigue esperando un usuario en ese acopio. Ese día del miércoles de noviembre había poca gente, pocos clientes. Incluso algunos de sus colegas prefirieron ir a tomarse una gaseosa en una tienda de la esquina. Raúl prefiere estar cerca de su vehículo.
“Yo le tengo una idea loca”, contesta el taxista sobre una hipotética solución para el alza de la gasolina en Colombia. Y continúa: “que suban la gasolina y con eso amarran más a las plataformas (vehículos particulares de Uber, Didi, entre otros) pero que hagan una excepción con las placas públicas y a los particulares que le suban la gasolina que sí tienen con qué tanquear”.
Raúl es otro convencido de que las llamadas ‘plataformas’, término que usan para referirse a las personas que trabajan haciendo viajes de pasajeros con aplicaciones como Uber, Didi o Indriver son otro problema para el gremio.
“¡Nos tienen jodidos! Fuera de eso que trabajan bien barato cuando no tienen qué hacer, y cuando hay ‘voleo’ suben las tarifas y afectan a los usuarios, aunque a muchos como que no les afecta”, reclama.
Este taxista espera que diciembre sea un alivio a las finanzas, como un bálsamo que refresque el bolsillo que ha puesto a muchos en apuros, como el alza de la gasolina.
“Sí hay gente para mover, pero ¿por dónde los mueve uno? Económicamente es bueno pero hay mucho taco, el tiempo no da para usted liquidar (pagar) cierta plata al patrón”, dijo y esta vez le llegó el turno en la fila de la acopio. Llegó un usuario y Raúl se marchó rodando en vehículo amarillo, el mismo que es su compañero desde hace un año.