Después de que distintos medios de comunicación del país hicieran público la ausencia del gobierno Petro en una de las sesiones de la OEA donde se condena a Nicaragua por hostigamientos, la pelota rota entre el nuevo y viejo gobierno sobre quién es el responsable.
La lluvia de críticas que ha ido recayendo sobre el nuevo Gobierno del país por la ausencia de este en el consejo permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA) para condenar los reprochables actos de persecución a la Iglesia Católica y la violación sistemática de Derechos Humanos que acontecen bajo el régimen de Daniel Ortega, ha hecho que distintos actores políticos hayan salido a opinar en redes sociales sobre el hecho, incluso revelando, según ellos, información confidencial.
El aspirante a la presidencia Sergio Fajardo se pronunció, asegurando que el no pronunciamiento de la posición de Colombia frente a la situación de violación de Derechos Humanos y la abstención del país para condenar los hechos del gobierno de Ortega es “una vergüenza”, manifestó Fajardo.
Sin embargo, hay quienes sacan la mano por el nuevo Gobierno. El columnista de El Espectador, Ramiro Bejarano, quien también se desempeña como profesor de la Universidad de Los Andes, manifestó que “fuente confiable me informa que ausencia de Colombia en sesión de OEA donde sancionó a Nicaragua, fue la última “jugadita” de Alejandro Ordoñez y su gente, quienes ocultaron que se iba a realizar esa sesión”. De este modo, la batuta deja de ser un acto de silencio del nuevo Gobierno y pasa a ser una treta del Gobierno saliente, el “nuevo embajador en OEA Luis Ernesto Vargas es víctima de esa felonía”, agregó Bejarano.

El silencio del Gobierno no revela completamente las intenciones de su actuar, ni siquiera, si es una estrategia del antiguo embajador de la OEA. Lo cierto, es que el detrás de la silla vacía de Colombia en el Consejo, se cuestiona cuál será el papel que jugaran los dos mandatarios de relaciones estrechas y amigables frente el cercano fallo de La Haya, disputa entre los gobiernos de Colombia y Nicaragua.
Periodista: María Isabel Usme