La reacción de Israel no es contra los palestinos sino contra los grupos ultra radicales que se camuflan en entre ellos. Grupos que saben lo que les espera y a quienes poco importa la población civil de un lado y del otro.
Estación Reacción (T’guva, en hebreo), a la que llegan analistas de conflictos en favor del uno y en contra del otro, historiadores que dan sus versiones según su ideología o intereses, religiosos fanáticos criando diablos por todas partes, geopolíticos que miran mapas que anchan y encogen según invasiones o retiradas, población civil que nada tuvo que ver con el asunto (explosiones, secuestros, muertos, destrucciones, complicidades) y ahora sufre las consecuencias de algo que no buscaron, estudiosos de profecías que cuadran una con otra para que lo que pasa se cumpla o al menos se parezca, expertos en seguridad que se rompen la cabeza encontrado fisuras en el sistema y daños en la tecnociencia que usan, antisemitas disfrazados de antisionistas (parece que odiar a los judíos es un oficio), hackers (la palabra correcta sería crackers) que intervienen las comunicaciones para descontrolarlas o anunciar cosas horribles, periodistas free-lance que viven de inflar datos y perseguir lo peor para enviar a los medios que les compran las noticias etc. Y bueno, pasa que ahora se vive una guerra de reacción en el Medio Oriente, algo que esperaban los mismos que atacaron primero.
Un país, en este caso Israel, tiene derecho a reaccionar cuando grupos armados atraviesan sus fronteras, matan y secuestran nacionales, y se infiltran para seguir creando el caos. Y la reacción depende de la acción cometida por los invasores, de los métodos usados, de los daños a los civiles y de los objetivos buscados. Así que no se puede esperar que a una acción dañina no se le responda con una reacción mayor. Esto lo saben los médicos, las fuerzas de seguridad y los que trabajan con reactivos químicos o cuestiones de inercia y golpes entre dos cuerpos (leer las leyes de Newton).
Desde la fundación del Estado de Israel (que fue legal y reconocida por la ONU), la política de seguridad para que el país se pueda desarrollar y los ciudadanos logren progresar, ha sido algo superior a cualquiera otra nación. Cuatro guerras modernas (todas al grito de hay que echar a los judíos al mar), han obligado a los israelíes a que todos allí sean soldados, a tecnologizarse a puntos de alto alcance, a educarse para competir con altura y a defender cada centímetro de tierra contra todos los que quieren destruirlos. Quizá ningún país haya tenido tan en alto el sentido de patria. De aquí que sus reacciones sean inmediatas. Miedo a nada, la palabra imposible no existe.
Acotación: La reacción de Israel no es contra los palestinos sino contra los grupos ultra radicales que se camuflan en entre ellos. Grupos que saben lo que les espera y a quienes poco importa la población civil de un lado y del otro, que son niños, mujeres, ancianos, comerciantes, técnicos que seguro vivirían en paz entre ellos si no mediara el miedo continuo.
Fuente: http://www.elcolombiano.com