En los últimos años, el país ha presentado diversos escenarios de polarización política, movimientos sociales e inconformidades por parte de la ciudadanía. El profesor, investigador y director del proyecto Tenemos que hablar Colombia; Santiago Silva, nos comparte su reflexión sobre la importancia de abrir espacios de conversación y diálogo para seguir construyendo confianza en Colombia.
Correo News: Para las personas que no conocen que es Tenemos que hablar Colombia ¿Qué busca el proyecto y cuáles fueron las metas planteadas?
Santiago Silva: Tenemos que hablar Colombia es un proceso que se implementó y se desarrolló alrededor de una plataforma de diálogo nacional. El año pasado, un poco más de 5.000 colombianos estuvieron reuniéndose en escenarios de conversación que se realizaban de manera virtual y que se hicieron con habitantes de todo el país, en donde buscábamos responder tres preguntas fundamentales: ¿Qué querían cambiar, mejorar o mantener en Colombia? Frente a esto, hemos venido presentando una serie de resultados con el objetivo de que tanto candidatos a elecciones populares y eventualmente el nuevo gobierno y los nuevos congresistas, tuvieran esas respuestas, esas preocupaciones, los sueños, las ideas, las propuestas de los colombianos a la hora de adelantar sus labores en este cambio de gobierno.
CN: De acuerdo con los informes y resultados que se tienen hasta el momento ¿Cuáles son esos puntos principales que mencionaron los colombianos que participaron en las conversaciones?
SS: Hay una lista relevante de temáticas. El tema más conversado fue la educación. De manera importante no fue únicamente educación en términos de acceso y calidad, sino que quisieron hablar sobre, cómo la educación ayuda a las personas a ampliar horizontes y a que tengamos cultura de paz y cultura ciudadana. Digamos que plantea un escenario un poco más amplio en términos de lo que se entiende por educación. El segundo tema sobre el que más hablaron fue la corrupción y política. En tercer lugar, estuvo la transformación cultural.
CN: Teniendo en cuenta los aspectos positivos de estas conversaciones y los resultados obtenidos ¿Qué pueden aprender los ciudadanos y los tomadores de decisiones de este proyecto?
SS: Creo que hay dos lecciones que a nosotros nos gusta mucho contar. La primera tiene que ver con cómo salieron los espacios. Más del 99% de las sesiones salieron bastante bien y en ese sentido, se puede decir que los diálogos y las conversaciones en circunstancias correctas son positivos. Colombia es un país al que le gusta conversar. No hay exceso, uno no puede excederse en algo bueno. En este caso, la invitación es a que los tomadores de decisiones no subestimen los espacios de conversación.
Lo segundo, es que encontramos que los participantes salían de las sesiones de conversación expresando mayores niveles de confianza interpersonal. Eso ayuda a que la gente mejore su percepción sobre sus conciudadanos. Somos mucho más parecidos de lo que creemos. En ese sentido, lo que hemos aprendido es que los diálogos salen bien. A la gente le gusta conversar y la conversación construye confianza.
La recomendación fundamental para un tomador de decisión, particularmente para alguien que quiera ocupar un cargo de decisión pública o que esté pensando en lanzarse o que ya lo ocupe, es creerle al diálogo. Cuando se hace bien, juicioso, con rigor y con las herramientas correctas, es un elemento fundamental de la construcción de ciudadanía y esto puede ayudar a recuperar la confianza en lo público.
CN: Finalmente ¿Cómo seguir avanzando en la construcción de ese diálogo colectivo?
SS: El punto más práctico de este mantenimiento tiene que ver con la apertura al diálogo. Nosotros como iniciativa seguiremos conversando el otro año. Digamos que se van a seguir haciendo cosas, pero quizás la tarea pendiente un poco para el país es reconocer lo relevante que puede ser un diálogo para abordar asuntos de coordinación colectiva en Colombia y para la resolución de problemas públicos. Ojalá eso tenga una institucionalidad que logre conectarse de manera mucho más clara y así, convertirse en una herramienta efectiva de participación.
Redaccción: Correo News